Cuando Alejandro llamó a contarme que un carro bomba había explotado en la sede de Caracol Radio llegaron a mi mente esos recuerdos tristes de cuando apenas era una niña y observaba como instituciones como el DAS en 1989, eran destruídos por miembros del narcoterrorismo.
Estábamos como tranquilos en estos años en que no habían sucedido estos eventos tan lamentables. Hace 7 años se sufrió con la bomba en el Nogal, pero con la tan nombrada seguridad democrática olvidadamos el miedo que se sentía escuchar estas noticias.
Duele saber que esta vez el atentado fue dirigido a un medio de comunicación, a periodistas serios que hacen su trabajo y que supuestamente no viven la censura.
¿Será que estos actos terminarán por intimidar a los periodistas?
Miembros del gobierno expresan que no tengamos miedo. Pero quién no va a tener miedo o la incertidumbre de que en esta nueva era no se van a presentar estos actos repudiables.
(Foto tomada de: revistasemana.com)
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