
Lo que parecía ser un simple conocido en mi vida, se convirtió en alguien que me sacó de esa tristeza que tenía; me salió en verso y sin mucho esfuerzo como dicen coloquialmente... El día que se apareció me di cuenta de que mi filosofía era cierta: cuando uno espera las cosas no llegan, pero si estás fresco y sin esperar nada seguramente algo se aparece... y así fue que pasó.
Días antes le había comentado a mi mamá que estaba aburrida en casa sin tener con quién salir...al día siguiente me encuentro a la persona en cuestión quién me llama por mi segundo nombre: "Angela", "sí", le respondí, "Mucho gusto..., puedes darme tu número de cel?, "Claro, no hay problema", dije. La verdad pensé que esa iba a ser la última vez que iba a encontrarmelo así; temblaba al pedirme mi número de teléfono. "Tan bello", pensé; "se atrevió a hablarme; años viendome pasar por la casa y nunca ni una palabra, ni un saludo ni nada".
Pero bueno, esa misma noche llegó a mi casa y hablamos hasta tarde. Me encantó conocerlo la verdad; me sacó de ese aburrimiento tan profundo y pasó lo que tanto anhelaba: tener otra vez a alguien que me hiciera soñar, que hiciera que brillaran mis ojos y que llegara a mí esa ilusión extraña que algunos llaman "Mariposas en el estómago".
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